Ciertamente, nos hemos metido todos al ordenador. Es más pareciera que en la seguridad y comodidad de nuestros asientos nos sentimos mucho más confiados y en paz que confrontando un mundo físico que se halla ahora más lejos de nosotros que la pantalla que confrontamos a veces tan pronto como nos despertamos.
Wally está en Internet.
Y sin embargo esto está creando un paradigma problemático y de no sencilla resolución. Cuando un medio, una idea, una propuesta comercial, un "approach", etc. buscan posicionarse por su creatividad e innovación en los ámbitos a que accede, su éxito está en proponer algo nuevo, algo que no se halla visto antes, algo nuevamente innovador... El problema es que Wally ha visto ya tanto de todo que ningún "candy-eye" le roba el aliento. Nos hemos acostumbrado tanto a la virtualización de nuestra vida que podemos sencillamente movernos en este mundo virtual sin que realmente se nos manipule a la compra, incluso se están regalando cada vez más y más servicios, cada vez más y más productos virtuales. Se ha creado una generación de consumidores que está acostumbrado a una suite de servicios virtuales tan amplia y completa que incluso para las misma compañías que utilizan este medio como forma de atracción de prospectos encuentran difícil cerrar efectivamente una venta de los up-grades que proponen como productos secundarios: Los productos primarios -que son gratuitos- son tan buenos que... ¿para qué tomarse la molestia?
Es este un problema que se ha generado con la participación de todos los players, nos hemos saturado tanto de productos gratuitos que parece que ya no queda espacio, ni disposición en Wally para comprar una pizza tan grande que ni siquiera se pueda comer.
Este es el reto de lo mercadólogos del mañana. ¿Cómo se creará una necesidad efectiva en el prospecto que no termine con un simple regalo más y no le ofenda cuando se le presente la factura?
Ciertamente, nos hemos metido todos al ordenador. Es más pareciera que en la seguridad y comodidad de nuestros asientos nos sentimos mucho más confiados y en paz que confrontando un mundo físico que se halla ahora más lejos de nosotros que la pantalla que confrontamos a veces tan pronto como nos despertamos.
ResponderEliminarWally está en Internet.
Y sin embargo esto está creando un paradigma problemático y de no sencilla resolución. Cuando un medio, una idea, una propuesta comercial, un "approach", etc. buscan posicionarse por su creatividad e innovación en los ámbitos a que accede, su éxito está en proponer algo nuevo, algo que no se halla visto antes, algo nuevamente innovador... El problema es que Wally ha visto ya tanto de todo que ningún "candy-eye" le roba el aliento. Nos hemos acostumbrado tanto a la virtualización de nuestra vida que podemos sencillamente movernos en este mundo virtual sin que realmente se nos manipule a la compra, incluso se están regalando cada vez más y más servicios, cada vez más y más productos virtuales. Se ha creado una generación de consumidores que está acostumbrado a una suite de servicios virtuales tan amplia y completa que incluso para las misma compañías que utilizan este medio como forma de atracción de prospectos encuentran difícil cerrar efectivamente una venta de los up-grades que proponen como productos secundarios: Los productos primarios -que son gratuitos- son tan buenos que... ¿para qué tomarse la molestia?
Es este un problema que se ha generado con la participación de todos los players, nos hemos saturado tanto de productos gratuitos que parece que ya no queda espacio, ni disposición en Wally para comprar una pizza tan grande que ni siquiera se pueda comer.
Este es el reto de lo mercadólogos del mañana. ¿Cómo se creará una necesidad efectiva en el prospecto que no termine con un simple regalo más y no le ofenda cuando se le presente la factura?